miércoles, 17 de febrero de 2010

LICENCIA EN LA GESTIÓN PÚBLICA Y EN LA POLÍTICA

Destaco del Diccionario de la Real Academia Española, las acepciones que tiene la palabra LICENCIA y que convienen al motivo de este comentario: 1. Permiso para hacer algo. 2. Abusiva libertad en decir u obrar.

Partiendo de una premisa, deseo concluir en dos enfoques que me merecen una opinión impostergable. La premisa es que para hacer y dedicarse a la VIDA POLÍTICA, se debe respetar el orden y la institucionalidad democrática.

En el ámbito regional, hace algunos días, el pleno del Consejo Regional del Gobierno Regional de Loreto, rechazó un pedido de regularización de la “licencia” que gozaba desde el 11 de enero el señor Yván Vásquez Valera, primer mandatario (como huachafamente lo llaman algunos de sus acólitos) de la Región Loreto, aprobando una que correctamente modificaba el presentado por el vicepresidente; y que corría desde el día siguiente de formulado el pedido.

Toda licencia, incluida las de razones de salud, se solicitan con anticipación, y se sustenta en el artículo 23 de la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales Ley Nº 27867, que a la letra dice: "Artículo 23°.- Vicepresidencia Regional.- El Vicepresidente Regional reemplaza al Presidente Regional en casos de licencia concedida por el Consejo Regional, que no puede superar los 45 días naturales al año, por ausencia o impedimento temporal, por suspensión o vacancia, con las prerrogativas y atribuciones propias del cargo. Cumple funciones de coordinación y aquellas que expresamente le delegue el Presidente. Percibe la remuneración correspondiente a su cargo, sin derecho a dietas.

Lamento la situación de la salud de Yván, y voy a orar por su recuperación. Pero si su resquebrajamiento físico o mental es permanente, puede motivar su VACANCIA, de acuerdo con el inciso 2 del artículo 30 de la misma LOGR, que señala: Vacancia. El cargo de Presidente, Vicepresidente y Consejeros del Gobierno Regional vaca por las causales siguientes:
2. Incapacidad física o mental permanente debidamente acreditada por el organismo competente y declarada por el Consejo Regional.

No siendo su vacancia ni la evaluación de su gestión el tema de fondo de este artículo; lo que deseo destacar es el irrespeto y el evidente desprecio del señor Valera y de sus asesores, tanto al Consejo Regional como a los gobernados loretanos, por la inobservancia a la institucionalidad democrática y a sus obligatorias formas. Es oportuno (si no demasiado tarde) recordarles que se está gobernando una Región.

En el panorama nacional, la democracia permite que ciertos personajes e individuos se tomen licencias para sentirse con la libertad –que de hecho la tienen-, para postular a cargos públicos como la Presidencia de la República, la Presidencia de Gobiernos Regionales, la alcaldía de Lima y el Congreso de la República. Sin un ápice de vergüenza, con altas dosis de cinismo y mucha osadía, los personajes que están vinculados a la década de la decadencia moral y a la actual corrupción en el Perú, representados por el aprofujimontesinismo, hacen gala de histrionismo superlativo y quieren sorprender a electorado peruano, apelando a la débil memoria colectiva.

Pero si Alan García la hizo bien, por qué no yo? Se deben decir. Y razón no les falta. La Vílchez, Pastor son ministros de estado, Arana maneja FONCODES, Keiko, Santiago, Cuculiza y demás adláteres del delincuente Fujimori son ¡¡¡CONGRESISTAS!!!. Qué nos puede extrañar, entonces, que quienes han estado huyendo de la justicia, se han escondido, han sido juzgados y condenados, ahora pretendan ser reelegidos o postulen nuevamente a un cargo público nacional o regional. Alex Kouri quiere ser alcalde de Lima, por ejemplo. Y Keiko presidenta del Perú. PLOP!!!

Es que el Perú nunca se podrá recuperar de tanta pesadilla mafiosa y gansteril? Sí podrá. Nos corresponde a nosotros, los políticos que deseamos que las cosas mejoren, y a los medios de comunicación sanos y honestos, a informar y educar a la población para que emita u voto inteligente e informado. Pero es necesario darnos mucha, pero mucha prisa.