jueves, 27 de septiembre de 2007

A 100 AÑOS DEL GENOCIDIO INDÍGENA EN LORETO: EL PUTUMAYO (I)

A 100 AÑOS DEL GENOCIDIO INDÍGENA EN LORETO: EL PUTUMAYO (I)
Hace un breve tiempo recibí, con sorpresa y alegría, una invitación para embarcarme a un colectivo que agrupa a personas e instituciones, que tiene como objetivo el recordar, sancionar, resarcir y evitar que vuelva a ocurrir, lo que ocurrió hace ya un poco más de 100 años con ciudadanos indígenas amazónicos que vivían y aun viven en Loreto. El 9 de agosto de este año 2007, en Iquitos se llevó a cabo una ceremonia pública para comprometer a las instituciones del Estado peruano, ha acompañar e impulsar esta iniciativa. Sin embargo, la respuesta ha sido un silencio estruendoso. Será silencio en su medio, porque aquí, en la blogósfera, en el ciberespacio, en esta realidad virtual, NADA SE PODRÁ NI SE PUEDE CALLAR. Para su difusión, el siguiente pronunciamiento fue distribuido ese día, y deseo compartirlo con ustedes:
RECONCILIÁNDONOS CON NUESTRA HISTORIA
Este 9 de agosto se cumplirán 100 años desde que el periodista Benjamín Saldaña Roca, propietario de los quincenarios La Felpa y La Sanción, ambos de la ciudad de Iquitos, denunciaran ante el Juzgado del Crimen de esta ciudad a la empresa Amazon Peruvian Co., de propiedad del cauchero peruano Julio César Arana, por los abusos (asesinatos, ejecuciones, torturas y otras vejaciones) cometidos contra la población indígena del Putumayo, básicamente Huitotos y Ocainas, a quienes explotaba como mano de obra barata en sus caucherías en el Encanto y la Chorrera.

La empresa Amazon Peruvian Co., y Julio César Arana, en adelante fueron el foco de atención no solamente de algunas autoridades locales de Iquitos –las pocas que escapaban a la presión del empresario-, sino nacionales y también extranjeras, como el caso de Inglaterra, en donde la prensa y la Liga Antiesclavista desataron una campaña mediática y diplomática contra lo que se sabía eran prácticas normales en aquella empresa: explotación, tortura y asesinatos contra la población indígena. Incluso la Iglesia Católica censuró y denunció públicamente los hechos a través de una Encíclica Papal.

Investigadores, historiadores y cronistas, cuando hablan de la cantidad de indígenas que implicó este genocidio, apuntan a que serían entre 30 a 60 mil los asesinados por funcionarios y operadores de la empresa de Arana. Pese a la cantidad de asesinados, de las torturas que se infringieron a la población –que consta en informes forenses y judiciales-; y pese a los testimonios y las pruebas, nunca se sancionó a la empresa ni a su propietario. El juicio se perdió en la historia.

A cien años de la denuncia del periodista Benjamín Saldaña, ante el silencio culposo de nuestra sociedad y ante el horror que nos causan las historias de abusos contra los indígenas, creemos que es necesario levantar el tema para hacer conciencia de que solamente sobre la memoria histórica de nuestro pasado podremos entender el presente y así construir el futuro. Es necesario resarcir, acaso simbólicamente, a las poblaciones afectadas, es necesario que la impunidad que dan cien años de olvido se termine. Es necesario que nuestros hijos, las nuevas generaciones, conozcan la historia de su pueblo, es necesario reconocer que el desarrollo cauchero de Iquitos en el Perú, y de Manaus en el Brasil, del que quedan preciosos monumentos arquitectónicos, se pagaron con sangre de chiringa (árbol del que se extraía el latex del caucho), pero sobre todo con sangre Huitota y Ocaina.

Cronistas e historiadores aseguran que la matanza de indígenas en el Putumayo fue superior en cantidad y horror a cualquier otra que la historia del Perú haya podido registrar hasta la fecha.

Convocamos a las instituciones y organizaciones públicas y privadas, y personas de todas partes, a compartir con nosotros la aventura de reencontrarnos con nuestro pasado, de asumirlo y de sancionarlo para poder mirar, con la frente en alto, con dignidad, el camino que nos toca en adelante. Para que el pasado no se repita.

Iquitos, 9 de agosto de 2007

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Miguel Angel,
te saluda un compatriota de la ciudad de Lima, el día de hoy (17-Enero-2008) mientras venía en el omnibus hacia mi centro laboral escuché en RPP a eso de las 6:55 am. un informe a modo de memoria que hacían respecto del "holocausto" de Putumayo, y el salvaje crimen perpetrado por el señor Arana y su mafia llamada "Amazon Peruvian".
Desgarradoras crónicas incluso con la participación (en dicha crónica) de un sobreviviente de tales homocidios. Que les obligaban a recoger una cantidad determinada de caucho sino ardían como teas humanas, muchas veces los 'capataces' violaban a las niñas delante de sus madres agonizantes o padres.
Como ud bien apunta, el cometido es recordar, sancionar, resarcir y evitar que vuelva a ocurrir. Le acompaño moralmente a ud. en ese sentido. Y enarbolo la pancarta de la justicia.
Nunca más "Aranas" ni inhumanos semejantes con seudo-empresas genocidas.

Viva el Perú.
Viva la amazonía peruana.

Atte.
melvi78@ho...