miércoles, 6 de mayo de 2009

LO QUE VARGUITAS SÍ DIJO - César Hildebrandt

Artículo de César Hildebrandt, que hace una casi perfecta descripción (le faltó la desatinada idea de quitarle recursos del Canon petrolero a Loreto, y la reciente defensa a las risibles conclusiones de la onerosa Comisión "buscafantasmas" de Menchola) de la verguenza loretana y muñeco ventrílocuo del titiritero; el congresista de "las grandes ideas" (o ideotas, para ser exactos), José Augusto Vargas Fernández.

Miguel Checa. Blogger.

LO QUE VARGUITAS SÍ DIJO

Así como el Patriarca, en su otoño interminable, tenía una corte de “aduladores impávidos” (García Márquez dixit) que lo seguía para festejar sus méritos y, dado el caso, inventarlos, así el doctor García tiene un harén de parásitos dispuestos a todo con tal de lograr que Su Excelencia se sienta en el Olimpo.

El jefe de ese harén de danzantes del vientre, la Sherezade de ese sultanato alanista es, qué duda cabe, el congresista José Vargas.

No hay sobón más rasante que Vargas.

Vargas superaría al cortesano aquel que, preguntado por el rey Luis XIV respecto de la edad que tenía, contestó:

-Tengo la edad que usted guste, Su Majestad.

Vargas superaría al barón de La Chaise, que en un discurso proferido delante de Napoleón, soltó una frase que se haría ridículamente inmortal:

-Dios hizo a Bonaparte y luego descansó.

Vargas, sobreactuado, podría decir:

-Dios hizo a Alan García y luego se obsesionó por hacer otro igual pero no pudo.

Bueno, eso sería si Vargas creyese en Dios –cosa que no está probada-.

Lo que sí está probado es que Vargas está convencido de que García es Dios.

Y así como hubo extraviados que adoraron al becerro de oro, Vargas le reza a un búfalo moldeado en Yanacocha.

Vargas es el congresista que, con sus ausencias, ayudó a aplazar hasta las calendas griegas el proceso a su amiga Tula Benítez.

Es el que ha defendido la alianza parlamentaria apro-fujimorista diciendo que “esos trece votos muchas veces los necesitamos”.

Es el que ha luchado (con éxito) por recortarle atribuciones a los gobiernos regionales, interpretando, como siempre, el dictado de Palacio.

Es el que decía en el 2008 que la política aprista en el VRAE era la mejor y conduciría al éxito.

Es el que, más invertebrado que nunca, defendió la declaración de Su Excelencia cuando Su Excelencia anunció que haría todo, desde la Presidencia, para que “el Perú no eligiera a ningún candidato antisistema en las elecciones del 2011”.

Es el que reclama con ardor el derecho de los congresistas a cobrar “fondos adicionales”. Sobre todo cuando los congresistas son, como él, presidentes de alguna comisión.

Y el domingo, en “Expreso”, este abanicador profesional, este José Vargas que Felpudini habría denunciado por plagio, ha soltado un encargo de Palacio y ha hablado, de frente y sin máscaras, de la reelección presidencial.

Como Vargas tiene la originalidad del eco y el carácter de un faldero con lacito fucsia, es imposible imaginar que la idea de la reelección presidencial sea suya.

El encargo era que la lanzara a ver qué pasa.

Y va a pasar.

Porque lo que este fonomímico ha dicho será –me imagino- tomado en cuenta por la oposición.

Le preguntaron en “Expreso” qué pensaba de la reelección y Vargas, que es presidente de la Comisión de Constitución, contestó:

“Es una posibilidad democrática, lo ha hecho Álvaro Uribe en Colombia y otros presidentes de otros países. No es inconstitucional, existe reelección en Estados Unidos y nadie puede negar la calidad democrática de ese país...”

Y en relación al método para llegar al botín de la repetición, Varguitas especifica:

“Claro que la Constitución se puede reformar. La Constitución del 93 establece el mecanismo para su reforma parcial o total. El tema de la reelección bien puede discutirse en su momento...”

Así que avisados estamos. Si Vargas lo ha dicho es porque García lo ha pensado. Y si García lo ha pensado es que ya está tramando cómo organizar el aquelarre necesario para obtener los 81 votos requeridos para cambiar el artículo constitucional respectivo.

Y ese aquelarre se hará con el hampa fujimorista, con los “liberales ortodoxos” que puedan traicionar a Unidad Nacional, con los tránsfugas sin bandera de la UPP y con las sobras de aquí y acullá.

A no ser que dejemos de ser palitroques y nos pongamos en plan de ciudadanos y lo impidamos.

A no ser que la prensa reaccione y haga lo suyo (lo que casi no está haciendo).

Porque Varguitas habla de Estados Unidos. Pero allí ni siquiera a un Bush se le ocurre decir que “el Presidente puede impedir que alguien que no convenga llegue a Palacio de Gobierno”.

De modo que, con el derecho a la reelección aprobado, asistiríamos a unas elecciones mezcla de Fujimori 2000 y Chávez 2009. Y veríamos al alanismo 2011-2016 tapando y borrando las huellas dactilares del alanismo 2006-2011.

Y así sucesivamente.

Y con Varguitas, disfrazado de escarabajo carroñero, diciéndole a Su Excelencia lo maravilloso que es y lo imprescindible que será siempre y lo imbéciles y mezquinos que son los que no están con Él.

Pobre Varguitas, que jamás leyó de Quevedo esta frase que lo hubiese quizá alertado:

“Pocas veces quien recibe lo que no merece, agradece lo que recibe”.

Tomado del diario LA PRIMERA, edición del día martes 5 de mayo de 2009.

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