En la primera vuelta de las elecciones generales del 10 de abril del año en curso, la ciudadanía peruana tuvo que decidir entre dos alternativas: 1) Continuar con el modelo económico tal como está, socialmente excluyente y privilegiando a una minoría; o, 2) Continuar con el crecimiento económico de manera sostenible, inclusiva, con énfasis en la redistribución social de la riqueza.
La primera alternativa se presentó (entre las más destacadas) con cuatro opciones representadas por Fuerza 2011, Alianza Por el Gran Cambio, Perú Posible y Solidaridad Nacional. La segunda alternativa tenía como única opción a GANA PERÚ, liderada por Ollanta Humala.
El resultado de la primera elección (dado que ninguno de los candidatos superó el cincuenta por ciento más uno de los votos válidamente emitidos), nos dejó con un representante de cada una de las alternativas propuestas en este peculiar proceso. Ambas señalan que se respetará lo alcanzado desde el punto de vista económico, con mayor o menor interés en el aspecto social. Esto deja en claro que, desde mi punto de vista, el aspecto del esquema económico está fuera de toda duda.
La segunda vuelta es una elección que tiene componentes TOTALMENTE DISTINTOS al de la primera: está presente, de manera increíble y siniestra, la representante del fujimorato, del pensamiento y gobiernos que dejó al Perú sumido en la más grande miseria moral y social. Una de las causas de esta presencia, obedece a que hay personas de buena voluntad que han creído y creen en lo actuado durante ese régimen, cerrando sus ojos y oídos a lo que la realidad nos dice de manera clara, indubitable y contundente.
Es la libertad que la democracia nos brinda, pese al manejo perverso que de ella hacen los oscuros intereses que pretenden –con toda su furia y fuerza- trastocar la realidad manipulando el pensamiento colectivo.
Las alternativas en esta segunda elección, así como diametralmente distintas, también son bastante claras: o se decide por el regreso al pasado oprobioso y vergonzoso, que representa FUERZA 2011; o se decide por fortalecer la frágil y alicaída democracia, con un futuro esperanzador, que representa GANA PERÚ.
La decisión de ahora es de índole moral, es una cuestión de principios. Si crees que lo correcto es la corrupción, los robos al erario nacional pero con obras, el abuso del poder, los asesinatos a los opositores, el irrespeto a la institucionalidad democrática y a la independencia de los poderes del Estado; si crees en esto, entonces tu voto debe ser para FUERZA 2011, para que Keiko continúe la obra del fujimorismo.
Pero si crees en TODO LO CONTRARIO, entonces tu voto debe ser para GANA PERÚ, pues abrigas la esperanza de un Perú nuevo, de un Perú solidario, de un Perú que abre sus brazos a todos sus ciudadanos.
El 5 de junio tú decides entre el amanecer esperanzador con Ollanta, o por el ocaso sepulcral para el Perú, erigida en la representante del fujimorismo amoral.
Tú tienes el poder. El poder de decisión.
La primera alternativa se presentó (entre las más destacadas) con cuatro opciones representadas por Fuerza 2011, Alianza Por el Gran Cambio, Perú Posible y Solidaridad Nacional. La segunda alternativa tenía como única opción a GANA PERÚ, liderada por Ollanta Humala.
El resultado de la primera elección (dado que ninguno de los candidatos superó el cincuenta por ciento más uno de los votos válidamente emitidos), nos dejó con un representante de cada una de las alternativas propuestas en este peculiar proceso. Ambas señalan que se respetará lo alcanzado desde el punto de vista económico, con mayor o menor interés en el aspecto social. Esto deja en claro que, desde mi punto de vista, el aspecto del esquema económico está fuera de toda duda.
La segunda vuelta es una elección que tiene componentes TOTALMENTE DISTINTOS al de la primera: está presente, de manera increíble y siniestra, la representante del fujimorato, del pensamiento y gobiernos que dejó al Perú sumido en la más grande miseria moral y social. Una de las causas de esta presencia, obedece a que hay personas de buena voluntad que han creído y creen en lo actuado durante ese régimen, cerrando sus ojos y oídos a lo que la realidad nos dice de manera clara, indubitable y contundente.
Es la libertad que la democracia nos brinda, pese al manejo perverso que de ella hacen los oscuros intereses que pretenden –con toda su furia y fuerza- trastocar la realidad manipulando el pensamiento colectivo.
Las alternativas en esta segunda elección, así como diametralmente distintas, también son bastante claras: o se decide por el regreso al pasado oprobioso y vergonzoso, que representa FUERZA 2011; o se decide por fortalecer la frágil y alicaída democracia, con un futuro esperanzador, que representa GANA PERÚ.
La decisión de ahora es de índole moral, es una cuestión de principios. Si crees que lo correcto es la corrupción, los robos al erario nacional pero con obras, el abuso del poder, los asesinatos a los opositores, el irrespeto a la institucionalidad democrática y a la independencia de los poderes del Estado; si crees en esto, entonces tu voto debe ser para FUERZA 2011, para que Keiko continúe la obra del fujimorismo.
Pero si crees en TODO LO CONTRARIO, entonces tu voto debe ser para GANA PERÚ, pues abrigas la esperanza de un Perú nuevo, de un Perú solidario, de un Perú que abre sus brazos a todos sus ciudadanos.
El 5 de junio tú decides entre el amanecer esperanzador con Ollanta, o por el ocaso sepulcral para el Perú, erigida en la representante del fujimorismo amoral.
Tú tienes el poder. El poder de decisión.
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