Antes que nos deje este duro y agitado 2001
HABLEMOS DE ECONOMÍA Y POLÍTICA
Sin el ánimo pero con el riesgo que parezcan perogrulladas, es preciso que recordemos algunas cosas para poder afrontar con seriedad y certeza las responsabilidades que tendremos que asumir, oportunamente, cualquiera de nosotros (as).
La economía de cualquier país, y cualquiera fuera su signo ideológico, requiere de financiamiento o fuentes de dinero para satisfacer las necesidades básicas y elementales de sus miembros: educación, salud, trabajo, seguridad, vivienda, justicia. Un Estado soberano, cuya administración la ejerce un gobierno elegido por un tiempo determinado – si se trata de una república democrática – tiene como fuentes serias de ingresos a las exportaciones, los tributos y al endeudamiento.
Las exportaciones son las ventas de productos o servicios que hace el país al exterior Todavía somos (y no sé por cuánto tiempo más) exportadores de materias primas (oro, plata, cobre, zinc, etc.) y estamos sujetos al vaivén de los precios que se les fijan en el mercado internacional, ya que son comodities. Tradicionalmente, lo que es una pena, somos deficitarios en nuestra balanza comercial. Compramos más del exterior de lo que vendemos.
Los tributos son las tasas, las contribuciones, los impuestos o los aranceles que todos los ciudadanos pagamos - directa o indirectamente - cuando compramos o vendemos algún producto (nacional o importado), o se nos brinda o brindamos un servicio.
Respecto al endeudamiento, puede ser interno (al emitir títulos valores o incumplir con sus obligaciones y compromisos) o externo (al emitir títulos valores, al recibir préstamos de otros países o de organismos financieros internacionales y/o multilaterales).
Contando con esas fuentes de ingresos, se elabora el Presupuesto Nacional que contempla, obviamente, también los egresos. Los egresos están orientados a mejorar la calidad de vida y a satisfacer las necesidades primarias de la población a través de las instituciones que están a su servicio y forman parte del Estado. Es decir, los ministerios, los gobiernos regionales, los gobiernos locales y los organismos apéndices de éstos. Lo ideal es que todo presupuesto sea equilibrado. Que tenga la misma cantidad de ingresos que permitan efectuar tanto los gastos corrientes como destinarlos a inversión social y de capital.
Sin embargo, en economías como la nuestra, es bastante difícil lograr lo ideal. Se origina entonces un déficit fiscal. Esto significa que al Estado le faltan recursos económicos para financiar sus ineludible y elementales obligaciones. Cuando se trata de equilibrar se pueden toman varios caminos: disminuir gastos, crear tributos o elevar las tasas de los existentes. O endeudarse.
Así como el presupuesto es una herramienta que le permite al gobierno administrar los bienes y recursos del Estado; debe contar también con imprescindibles y adecuadas políticas fiscales y monetarias. Éstas son las que finalmente orientan la concepción del presupuesto y señalan el rumbo ideológico o doctrinario que ha adoptado el gobierno. La política fiscal trata lo relacionado al manejo de las cuentas del sector público, a la creación, recaudación y administración de los tributos y está a cargo del Ministerio de Economía y Finanzas.
La política monetaria, a cargo del Banco Central de Reserva del Perú, está referida a la administración del dinero circulante, del tipo de cambio, de la tasa de interés, de las reservas internacionales y el control de la inflación. Utiliza el encaje bancario y la emisión de certificados para dar o quitar liquidez al mercado. Si baja la tasa de encaje bancario, los bancos tienen más dinero disponible para otorgar créditos a tasas de intereses menores y la gente obtendrá liquidez para destinarlo, teóricamente, al consumo. Esta mayor capacidad de gasto estimula el aparato productivo, requiriéndose mayor cantidad de mano de obra para satisfacer la creciente demanda. También interviene en el mercado comprando o vendiendo dólares para controlar de manera simulada el tipo de cambio que se supone es flotante. Es decir, que se cotiza de acuerdo a la oferta y demanda, pero que tiene parámetros o bandas como piso y techo (no mayor a S/.3.55 ni menor a S/.3.40 x US$1.00; p.e.).
Ahora bien, un gobierno puede generar empleo recurriendo a los recursos financieros del Estado e invertir en infraestructura o viviendas, por ejemplo. Esta es una forma. Otra forma es la de atraer recursos y capitales del sector privado. Nacional o extranjero. Estos capitales están conformados por ahorros forzosos o voluntarios de personas naturales (fondos de pensiones, fondos mutuos) y de personas jurídicas (excedentes o utilidades) que son manejados por sus respectivas administradoras así como por bancos de inversión o por las mismas corporaciones. Dado que los fondos que administran estas instituciones son de larga maduración o largo plazo, pueden decidir invertir en cualquier parte del mundo con el único objetivo de generar utilidades en beneficio de los dueños de esos ahorros (jubilados, inversionistas o corporaciones). La única manera de lograr este objetivo (maximizar utilidades y rentabilidad) es minimizando el riesgo de perder dinero que no les pertenece.
Por esta primordial razón, se recurre al análisis objetivo y subjetivo de determinadas variables de los países que potencialmente sean receptores de estos importantes capitales. A este ejercicio se le conoce como Riesgo País. Es materia de análisis la situación política, social y económica. Si existe estabilidad política, estabilidad jurídica, estabilidad económica, paz social y se respeta la institucionalidad democrática; el riesgo país es bajo y, por lo tanto, el riesgo es mínimo y también bajo el costo del dinero; lo que permite ser competitivo.
Existe entonces la seguridad y garantía del retorno de la inversión, siempre y cuando estas positivas condiciones se mantengan. Cabe mencionar que también se tienen muy en cuenta a los factores externos o exógenos (la situación de los demás países de la región, los términos de intercambio o precios de los productos). Los países demandantes de estos fondos compiten entre sí de manera silenciosa y sigilosa. Sólo la diferenciación inclinará la balanza a favor de quien mejor gestione. Aquí le cabe un rol importantísimo al Ministerio de Relaciones Exteriores.
Dado el agitado año político que se nos avecina, he creído pertinente hacer este breve acercamiento con la economía, porque considero importante transmitir y compartir conceptos sobre temas que nos conciernen a cada uno de nosotros. La administración pública nos involucra a todos. Exigir un buen gobierno (nacional, regional o local), equivale a nuestro bienestar presente y tranquilidad futura.
HABLEMOS DE ECONOMÍA Y POLÍTICA
Sin el ánimo pero con el riesgo que parezcan perogrulladas, es preciso que recordemos algunas cosas para poder afrontar con seriedad y certeza las responsabilidades que tendremos que asumir, oportunamente, cualquiera de nosotros (as).
La economía de cualquier país, y cualquiera fuera su signo ideológico, requiere de financiamiento o fuentes de dinero para satisfacer las necesidades básicas y elementales de sus miembros: educación, salud, trabajo, seguridad, vivienda, justicia. Un Estado soberano, cuya administración la ejerce un gobierno elegido por un tiempo determinado – si se trata de una república democrática – tiene como fuentes serias de ingresos a las exportaciones, los tributos y al endeudamiento.
Las exportaciones son las ventas de productos o servicios que hace el país al exterior Todavía somos (y no sé por cuánto tiempo más) exportadores de materias primas (oro, plata, cobre, zinc, etc.) y estamos sujetos al vaivén de los precios que se les fijan en el mercado internacional, ya que son comodities. Tradicionalmente, lo que es una pena, somos deficitarios en nuestra balanza comercial. Compramos más del exterior de lo que vendemos.
Los tributos son las tasas, las contribuciones, los impuestos o los aranceles que todos los ciudadanos pagamos - directa o indirectamente - cuando compramos o vendemos algún producto (nacional o importado), o se nos brinda o brindamos un servicio.
Respecto al endeudamiento, puede ser interno (al emitir títulos valores o incumplir con sus obligaciones y compromisos) o externo (al emitir títulos valores, al recibir préstamos de otros países o de organismos financieros internacionales y/o multilaterales).
Contando con esas fuentes de ingresos, se elabora el Presupuesto Nacional que contempla, obviamente, también los egresos. Los egresos están orientados a mejorar la calidad de vida y a satisfacer las necesidades primarias de la población a través de las instituciones que están a su servicio y forman parte del Estado. Es decir, los ministerios, los gobiernos regionales, los gobiernos locales y los organismos apéndices de éstos. Lo ideal es que todo presupuesto sea equilibrado. Que tenga la misma cantidad de ingresos que permitan efectuar tanto los gastos corrientes como destinarlos a inversión social y de capital.
Sin embargo, en economías como la nuestra, es bastante difícil lograr lo ideal. Se origina entonces un déficit fiscal. Esto significa que al Estado le faltan recursos económicos para financiar sus ineludible y elementales obligaciones. Cuando se trata de equilibrar se pueden toman varios caminos: disminuir gastos, crear tributos o elevar las tasas de los existentes. O endeudarse.
Así como el presupuesto es una herramienta que le permite al gobierno administrar los bienes y recursos del Estado; debe contar también con imprescindibles y adecuadas políticas fiscales y monetarias. Éstas son las que finalmente orientan la concepción del presupuesto y señalan el rumbo ideológico o doctrinario que ha adoptado el gobierno. La política fiscal trata lo relacionado al manejo de las cuentas del sector público, a la creación, recaudación y administración de los tributos y está a cargo del Ministerio de Economía y Finanzas.
La política monetaria, a cargo del Banco Central de Reserva del Perú, está referida a la administración del dinero circulante, del tipo de cambio, de la tasa de interés, de las reservas internacionales y el control de la inflación. Utiliza el encaje bancario y la emisión de certificados para dar o quitar liquidez al mercado. Si baja la tasa de encaje bancario, los bancos tienen más dinero disponible para otorgar créditos a tasas de intereses menores y la gente obtendrá liquidez para destinarlo, teóricamente, al consumo. Esta mayor capacidad de gasto estimula el aparato productivo, requiriéndose mayor cantidad de mano de obra para satisfacer la creciente demanda. También interviene en el mercado comprando o vendiendo dólares para controlar de manera simulada el tipo de cambio que se supone es flotante. Es decir, que se cotiza de acuerdo a la oferta y demanda, pero que tiene parámetros o bandas como piso y techo (no mayor a S/.3.55 ni menor a S/.3.40 x US$1.00; p.e.).
Ahora bien, un gobierno puede generar empleo recurriendo a los recursos financieros del Estado e invertir en infraestructura o viviendas, por ejemplo. Esta es una forma. Otra forma es la de atraer recursos y capitales del sector privado. Nacional o extranjero. Estos capitales están conformados por ahorros forzosos o voluntarios de personas naturales (fondos de pensiones, fondos mutuos) y de personas jurídicas (excedentes o utilidades) que son manejados por sus respectivas administradoras así como por bancos de inversión o por las mismas corporaciones. Dado que los fondos que administran estas instituciones son de larga maduración o largo plazo, pueden decidir invertir en cualquier parte del mundo con el único objetivo de generar utilidades en beneficio de los dueños de esos ahorros (jubilados, inversionistas o corporaciones). La única manera de lograr este objetivo (maximizar utilidades y rentabilidad) es minimizando el riesgo de perder dinero que no les pertenece.
Por esta primordial razón, se recurre al análisis objetivo y subjetivo de determinadas variables de los países que potencialmente sean receptores de estos importantes capitales. A este ejercicio se le conoce como Riesgo País. Es materia de análisis la situación política, social y económica. Si existe estabilidad política, estabilidad jurídica, estabilidad económica, paz social y se respeta la institucionalidad democrática; el riesgo país es bajo y, por lo tanto, el riesgo es mínimo y también bajo el costo del dinero; lo que permite ser competitivo.
Existe entonces la seguridad y garantía del retorno de la inversión, siempre y cuando estas positivas condiciones se mantengan. Cabe mencionar que también se tienen muy en cuenta a los factores externos o exógenos (la situación de los demás países de la región, los términos de intercambio o precios de los productos). Los países demandantes de estos fondos compiten entre sí de manera silenciosa y sigilosa. Sólo la diferenciación inclinará la balanza a favor de quien mejor gestione. Aquí le cabe un rol importantísimo al Ministerio de Relaciones Exteriores.
Dado el agitado año político que se nos avecina, he creído pertinente hacer este breve acercamiento con la economía, porque considero importante transmitir y compartir conceptos sobre temas que nos conciernen a cada uno de nosotros. La administración pública nos involucra a todos. Exigir un buen gobierno (nacional, regional o local), equivale a nuestro bienestar presente y tranquilidad futura.
Iquitos, 9 de agosto de 2007
(Artículo publicado en la revista loretana LA VERDAD Nº 8
del 30 de diciembre de 2001)
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