Nace un nuevo gobierno. Nace una esperanza. Nace un nuevo medio de comunicación. Y también nace una esperanza. Con “LA VERDAD”, renace el periodismo libre con la misión de esclarecer los hechos. Durante el corrupto régimen del criminal dúo fujimontesinista, era casi imposible ver, leer o escuchar reportajes que le permitieran a la población conocer la verdad de lo estaba ocurriendo en nuestro país. Nada de periodismo de investigación. Y no me estoy refiriendo solo a aquellos medios de comunicación de alcance nacional. Me estoy refiriendo, también, a los medios de comunicación de nuestra Región Loreto, y sobre todo de Iquitos, que contribuyeron con el maquiavélico propósito de tener sometido al pueblo en su conjunto.
Con las conocidas excepciones, estos medios trataban de convencernos mediante un implacable bombardeo de mentiras, de las “bondades” del defenestrado gobierno autoritario. Periodistas a quienes había admirado y respetado por su antigua trayectoria, simplemente me decepcionaron. Similar sentimiento me originaron aquellos jóvenes periodistas que alguna vez fueron promesas, y ahora son una simple y triste realidad. Sin embargo, no vayan a creer que con la huida al Japón del cobarde ex dictador, se haya acabado la utilización de este método. Me refiero al control de los medios de comunicación a través de pagos periódicos por concepto de imagen institucional o argumento similar. NO. Ha tenido y tiene burdos imitadores. Imitadores que creen que el pueblo loretano es estúpido. O fronterizo, por no decir imbécil. Que aquel ciudadano que vea, lea o escuche, prefiera manifestar su malestar sobre esto en voz baja, es otra cosa. Menospreciar su inteligencia y su capacidad de percepción, es faltarle el respeto. Más aún cuando los fondos con los que se pagan a estos medios “críticos”, provienen de los bolsillos del ciudadano simple, sencillo y modesto.
Cuando Fernando Tapia me hace partícipe de su idea y me bosqueja el proyecto -el de comunicar e informar en forma transparente al ciudadano, sin sometimientos aunque fuertes fueran las presiones-, no solamente me lo estaba transmitiendo. Estaba confiando en mí. Y no estoy hablando de hace uno, dos o tres meses. Me estoy refiriendo y remontando a inicios del año 2000. Cuando la dictadura desplegaba sus “mejores” armas con el propósito de perpetuarse en el poder. Era en ese momento en que me confiaba un proyecto que para cualquiera era impensable. Era irse en contra de la corriente. Acogí la propuesta con sumo agrado y bosquejamos los medios y la forma de hacerlo posible. ¿Debía ser la TV, una radio o una revista o diario?. En el transcurso del tiempo, hablábamos de quiénes podrían participar, del financiamiento, del sector de la población a la cual estaría dirigido, etc. Sin embargo, el mérito total de hacer realidad esta primera parte del proyecto le corresponde a Fernando. También joven y, mejor aun, profesional de la comunicación.
En momentos en que quienes contribuyeron desde su trinchera periodística a la destrucción moral y material de nuestro país, buscan ahora acomodarse y justificar sus actos; en forma paralela, simbólica y emblemática nace, -coincidiendo con un nuevo gobierno restaurador, cuyo objetivo fundamental será devolverle la institucionalidad al país- un medio de comunicación que busca lo contrario a aquellos nefastos objetivos: “LA VERDAD” busca hacer periodismo libre con la misión de esclarecer los hechos. Sin duda alguna que el gran beneficiado será el poblador loretano.
Con las conocidas excepciones, estos medios trataban de convencernos mediante un implacable bombardeo de mentiras, de las “bondades” del defenestrado gobierno autoritario. Periodistas a quienes había admirado y respetado por su antigua trayectoria, simplemente me decepcionaron. Similar sentimiento me originaron aquellos jóvenes periodistas que alguna vez fueron promesas, y ahora son una simple y triste realidad. Sin embargo, no vayan a creer que con la huida al Japón del cobarde ex dictador, se haya acabado la utilización de este método. Me refiero al control de los medios de comunicación a través de pagos periódicos por concepto de imagen institucional o argumento similar. NO. Ha tenido y tiene burdos imitadores. Imitadores que creen que el pueblo loretano es estúpido. O fronterizo, por no decir imbécil. Que aquel ciudadano que vea, lea o escuche, prefiera manifestar su malestar sobre esto en voz baja, es otra cosa. Menospreciar su inteligencia y su capacidad de percepción, es faltarle el respeto. Más aún cuando los fondos con los que se pagan a estos medios “críticos”, provienen de los bolsillos del ciudadano simple, sencillo y modesto.
Cuando Fernando Tapia me hace partícipe de su idea y me bosqueja el proyecto -el de comunicar e informar en forma transparente al ciudadano, sin sometimientos aunque fuertes fueran las presiones-, no solamente me lo estaba transmitiendo. Estaba confiando en mí. Y no estoy hablando de hace uno, dos o tres meses. Me estoy refiriendo y remontando a inicios del año 2000. Cuando la dictadura desplegaba sus “mejores” armas con el propósito de perpetuarse en el poder. Era en ese momento en que me confiaba un proyecto que para cualquiera era impensable. Era irse en contra de la corriente. Acogí la propuesta con sumo agrado y bosquejamos los medios y la forma de hacerlo posible. ¿Debía ser la TV, una radio o una revista o diario?. En el transcurso del tiempo, hablábamos de quiénes podrían participar, del financiamiento, del sector de la población a la cual estaría dirigido, etc. Sin embargo, el mérito total de hacer realidad esta primera parte del proyecto le corresponde a Fernando. También joven y, mejor aun, profesional de la comunicación.
En momentos en que quienes contribuyeron desde su trinchera periodística a la destrucción moral y material de nuestro país, buscan ahora acomodarse y justificar sus actos; en forma paralela, simbólica y emblemática nace, -coincidiendo con un nuevo gobierno restaurador, cuyo objetivo fundamental será devolverle la institucionalidad al país- un medio de comunicación que busca lo contrario a aquellos nefastos objetivos: “LA VERDAD” busca hacer periodismo libre con la misión de esclarecer los hechos. Sin duda alguna que el gran beneficiado será el poblador loretano.
Iquitos, 17 de julio de 2007
(Publicado en la revista loretana LA VERDAD Nº 1
del 28 de julio de 2001)
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