miércoles, 2 de julio de 2008

MEDIOS: DE VUELTA A LOS 90´S

MEDIOS: DE VUELTA A LOS 90´S

La década de la cleptocracia fuji-montesinista fue lo peor que le pudo suceder al Perú. Los antivalores, la amoralidad y la anética se impusieron para señalar las formas de relación entre la gran mayoría de los medios de comunicación y los ciudadanos, causándonos grave daño moral y psicológico, afectándonos de manera colectiva y en diferentes medidas. Se usaron los diarios, la televisión y las radios para distraer y mentir a la sociedad (estupidizando a su miembros con operativos psicosociales que se elaboraban hasta el hartazgo), mientras ocurrían hechos que eran relevantes y de verdadera importancia, que debieron ser oportunamente informados a los usuarios de estos medios. Las razones por las que ocurrieron, ya lo sabemos a ciencia cierta ahora (con pruebas indubitables), y lo intuíamos algunos, por aquella época (hay escritos de este blogger que así lo corroboran).


Esta excelente caricatura hace alusión al programa La Rotativa del Aire de Radioprogramas del Perú - RPP (que ahora tiene a sus "Chemas" y sus Vargas como adalides de la "información"), en la época en la que su propietario se sentó con Vladimiro Montesinos en la salita del Servicio de Inteligencia Nacional - SIN.

En aquella época, el personaje que ahora ejerce la presidencia del Perú, el ciudadano Alan García Pérez, vivía un "autoexilio" tan dorado en el extranjero (que huachafamente quería emular a Víctor Raúl Haya de la Torre, hasta imitando las poses de éste en los balcones) que ignoraba lo que aquí vivíamos y resistíamos. Es quizá por ello, que esta práctica tan deleznable se ha vuelto a instaurar en esta su segunda oportunidad de "gobernar".

Los "nuevos" medios escritos y las prácticas de antaño han reaparecido como hongos y práctica cotidiana. En Lima tienen a La Razón, Correo, Ojo, Expreso, Trome, Ajá, El Bocón, etc, etc. Y en las prácticas para acallar a las radios, se cuentan los cortes de energía eléctrica, como ocurrió hace poco con radio San Borja (91.1 del dial limeño y perteneciente a la Coordinadora Nacional de Radio - CNR), en la que el periodista César Hildebrandt tiene un espacio a las 9 de la mañana. De estos cortes están exceptuados, of course!!, RPP (Radioprogramas del Perú), CPN Radio, Radio Nacional, etc. etc.

Los distractivos son tantos y tales, que hay que ser un pelmazo (después de haber vivido el fujimontesinismo) para creer todo lo que titulan y dicen los medios que he reseñado. O cuando los medios hacen coro de algo importante o no tanto pero intrascendente para la vida nacional. Hay que ser una lorna para no poder diferenciar cuando nos quieren dar "gato por liebre". O, en todo caso, hay que gustar, seguro, de este tipo de lecturas para ser su suscriptor.

Pero ahora, no solamente los diarios basura son los que forman esta comparsa. También se han adherido lo diarios "serios". En una última encuesta nacional, en la que Alan García es repudiado por su desastroza gestión por el 89% de amazónicos (oriente), por el 93% de andinos (sur), y en promedio, por el 70% del todo el Perú; para el diario El Comercio, con toda la libertad que le asiste, destaca como titular que lo más importante es la desaprobación de Manuel Burga, presidente de la Federación Peruana de Fútbol, sazonado con una entrevista al ubícuo y polifuncional Arturo Woodman, ahora presidente del Instituto Peruano del Deporte (IPD) y después, no sé. Sí. En serio. No es broma. Véanlo.


Y cuando algunos medios independientes, y otros soguzgados pero que querían dar muestras de "independencia", se disponían a analizar estas encuestas, oh, oh, oh!!! tres veces oh coincidencia, se produce la muerte de un hincha por parte de integrantes de las llamadas "barras bravas", y los medios (todos a los que hago referencia) se pusieron a difundir este hecho, diluyendo lo que era la información más importante y materia de real interés: el desastre del gobierno nacional, y las alternativas para buscar una solución y una salida democrática. Felizmente, el 9 de julio es el inicio del fin de esta nuestra y nueva torpeza social.

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