domingo, 14 de septiembre de 2008

¿Y Los Calatos? ¿Y las Pitucas? (*)

Particularmente, me extrañó muchísimo el cambio de actitud de Alfredo: De sarcático y mordaz, a patético y penoso lisonjero. ¡¡QUE REGRESE EL VERDADERO!!
Nota de este Blogger

¿Y Los Calatos? ¿Y las Pitucas? (*)

por JUAN GARGUREVICH

“La República” publicó el domingo 7 pasado un dibujo medio raro que llevaba como autor, arriba del recuadro, el nombre “Alfredo”. Pero Alfredo Marcos ya no trabajaba en ese matutino. Fue, como dicen, un error provocado por el Duende que habita desde siempre en los periódicos.

Vale la anécdota para recordar el tema.

Alfredo Marcos abandonó el diario luego de que se divulgara en la Red, vía Marco Sifuentes (“Utero TV.com”), que figura en una planilla del PNUD, ese lugar de privilegio donde la burocracia dorada se compensa de sus bajos sueldos ministeriales y donde también los gobiernos conceden canonjías a quienes desea recompensar.

El PNUD es la representación local de las Naciones Unidas pero el dinero y la selección de elegidos corren por cuenta del Gobierno.

Los diarios que Alfredo ayudó a fundar y popularizar no han dicho una sola palabra, o mejor, una sola línea sobre el tema. La República y El Popular han dejado que sean las buenas y malas lenguas limeñas las que se encarguen de zarandear a Alfredo Marcos por lo que se considera una grave falta de ética profesional.

El pecado ha sido ayudar al Gobierno (aunque debiéramos decir a Alan García) con sus dibujos humorísticos; y aparecer sospechosamente cobrando en planilla aparte, bajo cuerda; y también venderle servicios de dibujo y asesoría con su empresa. “Cobrar a dos cachetes” diría un criollo para ilustrar mejor el caso. Pero francamente, extrañamos a Alfredo porque nos estamos perdiendo su talento.

Porque no era el dibujo político lo que lo hacía importante para el diario. Eran “Los Calatos”, “El Enano Erótico”, “Los Achorados”, “El hombre que no podía irse”, y las inefables “Viejas Pitucas” dominicales donde arremetía contra el pensamiento reaccionario de la manera más eficaz imaginable, esto es, el humor cruel y corrosivo.

Para quienes seguían sus dibujos editoriales era evidente su afección a la línea alanista. Los que estaban mejor enterados sabían que Alfredo pertenece a un antiguo grupo de amigos del Presidente y donde también están otros que no sabemos si cobran por ahí.

En suma, yo también repruebo el error de Alfredo Marcos. Pero cuando he recordado sus años y años de humor, de cómo nos ha hecho reír, de cómo le dio duro a Fujimori y sus cómplices, a Toledo y su gringa, etc. francamente, lo he perdonado.

Vamos Alfredo, regresa al periodismo, explica y cuéntanos el asunto y sigue dibujando tus Calatos y Pitucas. Sus fans lo estamos esperando.

(*) Tomado del diario LA PRIMERA, edición del día sábado 13 de setiembre de 2008

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