viernes, 19 de octubre de 2007

UN ESPERANZADOR ACUERDO NACIONAL (2da. Edición)

EL PRIMER AÑO DE "LA VERDAD", Y...
UN ESPERANZADOR ACUERDO NACIONAL

(Artículo publicado en versión física en la revista loretana
LA VERDAD Nº 21 del 26 de julio de 2002)
Iquitos, 19 de octubre de 2007

Hace un año se dio inicio al proyecto editorial de LA VERDAD, y ahora lo celebramos con alegría y entusiasmo. Superando obstáculos normales en este tipo de avatares, podemos decir que logramos dar el paso inicial para que nuestra credibilidad y objetividad quede fuera de toda duda. Abrirnos paso dentro de la práctica de periodismo casi monocorde para ejercer nuestra independencia de criterio y opinión, nos hizo blanco de adjetivos que fueron recibidos con mucho respeto y tolerancia por nosotros. Quien esto escribe, no pretende ser ni funge de periodista, aunque serlo me honraría y agradaría. Mi especialidad es otra. En esta columna, lo único que hago es verter mi opinión, como cualquier ciudadano, para comunicarme con ustedes, y sentir que en algo contribuyo y colaboro al transmitir con libertad y transparencia lo que pienso. Pueden estar de acuerdo o en desacuerdo conmigo. Lo importante es que tratemos sobre temas de interés regional y nacional que tengan, creo yo, verdadera trascendencia para todos los que amamos y nacimos en esta exuberante selva amazónica loretana.

Cuando en LA VERDAD se asumió el compromiso de ejercer un periodismo libre con la misión de esclarecer los hechos, estábamos conscientes de lo que aceptábamos. Tras diez años de corrupción y dictadura disfrazada de democracia, era bastante difícil para el ciudadano común creer que alguien –persona o institución- pudiera actuar dentro de los cánones de la ética y los valores. Lamentablemente, el escepticismo y la desconfianza aun nos acompañan. Será tarea dura y larga el revertir esta situación. Por ello, desde la primera edición propugnamos por lograr alcanzar objetivos comunes y puntos de encuentro, tanto a nivel regional como nacional, para recuperarnos del daño experimentado y mirar el futuro con fe, optimismo y serenidad.

Casi coincidiendo con este primer aniversario de LA VERDAD, el lunes 22 de julio se firmó el ACUERDO NACIONAL que reúne un conjunto de políticas de Estado que deberán ser adoptados en un horizonte de veinte años. Se pretende con este Acuerdo, alcanzar los siguientes objetivos: DEMOCRACIA Y ESTADO DE DERECHO; EQUIDAD Y JUSTICIA SOCIAL; COMPETITIVIDAD DEL PAÍS; Y, UN ESTADO EFICIENTE, TRANSPARENTE Y DESCENTRALIZADO. Al margen de cualquier observación o crítica de la que es susceptible este documento, nos congratulamos porque concertando y desarrollando una visión compartida de lo que queremos ser como país, podemos llegar a ponernos de acuerdo. Este es también un primer paso para que los suscriptores de este trascendental documento, se comprometan en los hechos a colaborar con el proceso de recuperación y transición democrática que AUN VIVIMOS.

Sin embargo, los distintos actores políticos –de los partidos nacionales, principalmente-, tienen su propia lectura de la actual coyuntura. Todos coinciden en mantenerse a prudente distancia de cualquier compromiso gubernamental con Alejandro Toledo. Lo observan cual apestado y, en estas históricas circunstancias, le esconden la necesaria mano generosa. Cada uno, desde su balcón, parece desear ver su extinción política. ¿Acaso es tan difícil desprenderse de las ansias de gobernar, al punto de contribuir con la actual campaña demoledora para así adelantar las elecciones presidenciales? ¿Es tan difícil poder esperar hasta el 2006? ¿Es tan difícil darnos cuenta que los únicos perjudicados, en distintos aspectos, seríamos todos los peruanos?. Toledo tiene apenas 12 meses de gobierno y ya lo quieren ver fuera. Es cierto que él mismo y su agrupación política han contribuido a deteriorar su imagen y su gestión; pero también es cierto que es asombrosamente anormal la respuesta que le brindan determinados sectores del periodismo, agentes económicos, políticos y población. Por esta razón, es importante que el Presidente aproveche el mensaje del 28 de julio para rectificar errores, modificar políticas e invitar a todas las agrupaciones políticas nacionales y regionales a cogobernar el país.

Finalmente, creo que más allá de que pueda ser beneficioso o no al régimen, este esperanzador Acuerdo Nacional también nos obliga a todos nosotros. Nos obliga a participar activamente en la ejecución y logro de todos y cada uno de los puntos suscritos. Más aun cuando a partir del 1 enero del 2003, tengamos un Gobierno Regional elegido por el pueblo, aspiración tantos años postergada y que ahora está cerca de ser una maravillosa realidad. Tanto la suscripción del Acuerdo Nacional como la promulgación de la Ley de Bases de la Descentralización son importantes avances iniciales que deben ser aprovechados por quienes creemos en Loreto y deseamos verla como una Región Autónoma.

Feliz aniversario PERÚ, y feliz aniversario LA VERDAD.

No hay comentarios.: