Habla 'Che'.
Por Ramiro Escobar
(Tomado del diario Perú.21 del 11 de octubre de 2007)
¿Dónde estaría hoy Ernesto 'Che' Guevara si viviera? ¿En Cuba, dirigiendo la revolución mientras Fidel se recupera? ¿En Caracas, al lado del nuevo y ruidoso 'Comandante'? ¿En La Paz, 'chacchando'coca en el Palacio Quemado?.
La tentación de imaginar escenarios posibles a partir de un legendario personaje fallecido tempranamente es siempre grande. Sobre el mito, crece la ilusión de lo que pudo ser y, en este caso, el sonido de la sinfonía revolucionaria inconclusa. El 'Che', además, tiene la particularidad de no ser solo un recuerdo sino, también, una marca (registrada o no, eso importa poco) y una presencia. Ya no está, pero de los políticos recientes es el único que realmente sigue vivo.
No me refiero a la supervivencia de su marxismo incorruptible, que siempre tuvo algo de rudimentario y, a la vez, de libresco. Eso se derrumbó probablemente antes que el Muro de Berlín o acaso en medio de su fatídico y tumultuoso viaje a Bolivia. Hablo, más bien, de su tan peculiar estilo político. Lo que ha sobrevivido es su capacidad de renuncia, su entrega a una causa de manera descarnada, heroica, desorbitada. Su extraña y sui géneris consecuencia.
A sus devotos, por eso, les importa poco que haya tenido excesos crueles, que incluyen varios fusilamientos. Hasta esa barbaridad -injustificable- parece entendible para algunos si en el fondo de la boina resplandece un mundo aparentemente más justo. Porque el 'Che' sigue siendo el ícono no de la rebelión sin causa, sino del asalto contra lo establecido, de lo formal, de lo único. En la antesala de su vuelta al monte, por ejemplo, lo que se evidenciaba con fuerza era su rechazo a los catecismos soviéticos.
Su imagen está hoy -aparte de en miles de baratijas comerciales- en el despacho de Evo Morales (tiene ahí un retrato hecho con hojas de coca), en el Foro Social Mundial, en las marchas por 'otro mundo posible'. No es cierto que sea solo una calcomanía.
Pero, si viviera, tendría que responder a preguntas fundamentales: ¿Sigue estando de acuerdo con la pena de muerte?, ¿apoya la represión contra los disidentes cubanos? ¿lo de la plaza Tiananmen fue solo un tic histórico?.
No me lo imagino defendiendo esas causas indefendibles. Prefiero verlo buscando a los desaparecidos de América Latina, parándole el macho a George W. Bush, pero también a Hugo Chávez. Si no, no sería el 'Che'. Sería solo una barba marchita.
Por Ramiro Escobar
(Tomado del diario Perú.21 del 11 de octubre de 2007)
¿Dónde estaría hoy Ernesto 'Che' Guevara si viviera? ¿En Cuba, dirigiendo la revolución mientras Fidel se recupera? ¿En Caracas, al lado del nuevo y ruidoso 'Comandante'? ¿En La Paz, 'chacchando'coca en el Palacio Quemado?.
La tentación de imaginar escenarios posibles a partir de un legendario personaje fallecido tempranamente es siempre grande. Sobre el mito, crece la ilusión de lo que pudo ser y, en este caso, el sonido de la sinfonía revolucionaria inconclusa. El 'Che', además, tiene la particularidad de no ser solo un recuerdo sino, también, una marca (registrada o no, eso importa poco) y una presencia. Ya no está, pero de los políticos recientes es el único que realmente sigue vivo.
No me refiero a la supervivencia de su marxismo incorruptible, que siempre tuvo algo de rudimentario y, a la vez, de libresco. Eso se derrumbó probablemente antes que el Muro de Berlín o acaso en medio de su fatídico y tumultuoso viaje a Bolivia. Hablo, más bien, de su tan peculiar estilo político. Lo que ha sobrevivido es su capacidad de renuncia, su entrega a una causa de manera descarnada, heroica, desorbitada. Su extraña y sui géneris consecuencia.
A sus devotos, por eso, les importa poco que haya tenido excesos crueles, que incluyen varios fusilamientos. Hasta esa barbaridad -injustificable- parece entendible para algunos si en el fondo de la boina resplandece un mundo aparentemente más justo. Porque el 'Che' sigue siendo el ícono no de la rebelión sin causa, sino del asalto contra lo establecido, de lo formal, de lo único. En la antesala de su vuelta al monte, por ejemplo, lo que se evidenciaba con fuerza era su rechazo a los catecismos soviéticos.
Su imagen está hoy -aparte de en miles de baratijas comerciales- en el despacho de Evo Morales (tiene ahí un retrato hecho con hojas de coca), en el Foro Social Mundial, en las marchas por 'otro mundo posible'. No es cierto que sea solo una calcomanía.
Pero, si viviera, tendría que responder a preguntas fundamentales: ¿Sigue estando de acuerdo con la pena de muerte?, ¿apoya la represión contra los disidentes cubanos? ¿lo de la plaza Tiananmen fue solo un tic histórico?.
No me lo imagino defendiendo esas causas indefendibles. Prefiero verlo buscando a los desaparecidos de América Latina, parándole el macho a George W. Bush, pero también a Hugo Chávez. Si no, no sería el 'Che'. Sería solo una barba marchita.
2 comentarios:
un muy buen ensayo,,,, exitos!!!
Sí, muy bueno, Muchas gracias. Es de Ramiro Escobar.
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